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En el 2017, Danielle, futura cofundadora y directora ejecutiva de Ancora, realizó un viaje de senderismo que la pondría en un nuevo camino. Durante una excursión se encontró con una pareja que le pidió que les tomara una foto, y cuando lo hizo se pusieron a charlar.

Danielle había trabajado en problemas tecnológicos en el ámbito de la salud toda su carrera, y mencionó a la pareja que estaba trabajando en un tipo de tratamiento oncológico novedoso llamado PD-L1s. Ella se sorprendió cuando el hombre se emocionó y dijo que sabía bastante del PD-L1s. No era un médico, sino un sobreviviente de cáncer de pulmón en estadio IV. Cuando le diagnosticaron sus médicos le habían dicho que le quedaba menos de un año de vida, pero había sido capaz de sobrepasar a su diagnóstico después de inscribirse en un ensayo clínico, uno de los primeros para CAR-T.

A Danielle le sorprendió la historia de este hombre, de recuperación de una enfermedad grave y le preguntó cómo había encontrado su camino al ensayo. Dijo que logró inscribirse porque «el amigo del sobrino de la tía de su esposa» trabajaba en un hospital involucrado en el ensayo clínico y logró conectarlo a las personas adecuadas. Tener acceso al nuevo tratamiento le había salvado la vida, y ahora estaba lo suficientemente saludable para de nuevo disfrutar de una vida activa. A pesar de que estaba libre de cáncer, se mantuvo informado sobre nuevos tratamientos (como PD-L1s), por si acaso.

Esta historia impresionó a Danielle, quien cree que todos los pacientes deben tener acceso a medicamentos innovadores independientemente de la suerte, sus relaciones personales o su capacidad para navegar el sistema de salud. Al darse cuenta de que pacientes como el hombre que conoció durante su viaje están interesados en conocer todas sus opciones de tratamiento y en intentar cualquier cosa posible para aumentar sus chances de recuperación, comenzó a diseñar Ancora.